El estrés, la depresión, dormir poco y mal, una incorrecta alimentación,
fumar, el alcohol y el café, llevar una vida sedentaria, las exposiciones al
sol, etc., son grandes enemigos de nuestra piel.
Díez consejos para mantener una piel joven y dinámica
- Come bien. Una dieta sana y equilibrada contribuirá a que tu piel luzca
radiante y bella. Es fundamental que ingieras todas las vitaminas y minerales
requeridas por tu organismo. Una dieta pobre en nutrientes y vitaminas hará
que tu piel se vea opaca y envejecida. Consume frutas y verduras.
- Bebe mucha agua. El agua es sumamente importante para hidratar la piel.
De 6 a 8 vasos diarios es una buena cantidad para mantener nuestra piel
elástica, flexible e hidratada.
- No fumes. Fumar no solo perjudica a la piel, sino a todo nuestro
organismo. El tabaco intoxica el cuerpo, provoca enfermedades importantes,
destruye la epidermis no permitiendo que nuestra piel se oxigene y revitalice,
causa mala aliento y perjudica el aspecto de los dientes.
- Cuida lo que bebes. El alcohol y el café deshidratan la piel y
perjudica nuestro organismo.
- Duerme bien. Si no duermes bien, tendrás ojeras, la piel aparecerá
cansada y sin vida. Lo ideal dormir por lo menos 8 horas diarias.
- Vive la vida con alegría. Relájate y diviértete de forma sana.. El
estrés y la depresión afectan mucho a tu salud y a tu belleza provocando
envejecimiento, creando arrugas. Busca la mejor forma de relajarte y aprende
técnicas de relajación, que se adapte a tu personalidad y a tus gustos.
- Cuidado con el sol. Exponerte al sol moderadamente puede ser muy
beneficioso, pero si te pasas, puede llegar a ser muy perjudicial. Es
imprescindible evitar el sol directo y usar un buen protector solar, adecuado
a cada una de las partes del cuerpo. El sol produce envejecimiento y en
ocasiones manchas en la piel, llegando en casos extremos a provocar cáncer en
la piel.
- Haz ejercicio. No es necesario machacarse en el gimnasio. Haciendo un
ejercicio moderado pero regularmente, ayudamos a mejorar la circulación y
renovar nuestra piel, contribuye a reducir el estrés y mejora la calidad de
vida. Elige el que más te guste.
- Limpia la piel. Elimina el maquillaje y límpiate la piel dos veces al
día, por la mañana y por la noche. Límpiate siempre los ojos, antes de ir a
dormir.
- Hidrata y nutre tu piel. Durante el día la piel está amenazada por la
contaminación, los cambios de temperatura, el sol. Por lo tanto los productos
que se deben utilizar son mayormente defensivos.
Dos pilares básicos de los cuidados de la piel
son una elevada hidratación y una correcta nutrición, las grasas tienen
una especial función para la piel. Cumpliéndose estos dos cuidados de
la piel, esta ejercerá bien su función principal y se verá mejor.
La piel, frontera permeable
que delimita el mundo interior del exterior, tiene por una lado la función
de ser una verdadera coraza protectora y por otro, el principal órgano
de comunicación de todos los estímulos recibidos
del exterior por más sutiles y delicados que sean.
La piel, es el órgano más grande del cuerpo humano con 2 metros
cuadrados de superficie, 4 kilos de peso y 0.2 milímetros de epidermis
que nos protege del calor, del frío, del
polvo, de miles de bacterias que están al acecho esperando
el momento para entrar y de todo tipo de agresiones a las que está
sometida diariamente. Es en definitiva, un cerebro a flor de piel.
El espejo del cuerpo es la piel
No es fácil mantener la piel sana por que de hecho no resulta fácil
saber conservar adecuadamente la salud. La salud
de la piel depende del estado de pureza que tenga la sangre y para
que ésta se conserve en este estado, es necesario mantener los
diferentes órganos sanos y en plena capacidad de funcionamiento.
Los signos de la piel son signos evidentes del estado del cuerpo en toda
su integridad. Desde el punto de vista de la medicina natural se
considera a la piel como un tercer pulmón haciendo esto referencia
a la función que realiza de eliminación de sustancias de
desecho del metabolismo y a la labor de respiración cutánea,
ambas de suma importancia para la salud.
Dada la relación de la piel con todos los órganos internos
se sabe que el origen de muchos de sus trastornos
se encuentra en alteraciones hormonales, una dieta tóxica, mal
combinada o desequilibrada, estreñimiento crónico y focos
infecciosos en la boca.
Lo que es fuera es adentro
La piel acumula o mejor dicho, se deposita en
ella, toxinas metabólicas, bacterias, y demás sustancias
de desecho que deben ser eliminadas. El organismo utiliza la función
acumuladora de la piel cuando no puede liberarse del sobrante de sustancias
a eliminar. Entre los aforismos del médico más célebre
de la antigüedad a quién se apellida aún hoy el padre
de la medicina, Hipócrates (460 a.C.) se encuentra; todas
las enfermedades se curan por alguna evacuación por la boca o por
el ano, por la vejiga o por otro emuntorio. El órgano del sudor
es uno de los principales y común a todos los males. Es decir,
muchas sustancias de desecho se almacenan y neutralizan
en la piel, siendo el olor corporal de muchos individuos una muestra elocuente de ello.
Sólo este proceso nos muestra que el organismo tiene graves dificultades
en su función eliminatoria y de que necesita ayuda inmediata. Si,
además, dejamos de intoxicarla mediante un exceso de alimentos
acidificantes como azúcares refinados, carnes, leche de vaca y
harinas blancas, el resultado será un drenaje del tejido cutáneo
que conservará en perfectas condiciones la tersura y la capacidad
defensiva de la piel. La alimentación frugal, basada esta
en zumos naturales, dietas de fruta o incluso ayuno permite limpiar a
fondo el intestino, la piel conseguirá así librarse de todas
las materias de desecho, recuperando su función y color normales.
La psicología para los cuidados de la piel
La
piel guarda una estrecha relación con el estado mental del individuo.
En ella se reflejan con notable elocuencia los sentimientos y emociones
como vergüenza o angustia (rubor); miedo (palidez, erección de los
pelos por la contracción de sus diminutos músculos cutáneos) y ansiedad
(sudación)
Desde la formación del embrión humano
se puede apreciar como la piel está íntimamente relacionada
con el sistema nervioso, pues de hecho se desarrollan ambos órganos
partiendo de la misma capa embriológica. Ya lo dice el refrán;
"Tener la sensibilidad a flor de piel".
Dejemos que la ley de curación de Hahnemann
(creador de la Homeopatía) se cumpla, la cual afirmaba que la tendencia
fundamental del organismo es a desplazar un proceso mórbido de
un órgano importante a otro menos esencial para la vida,
precisamente esto es lo que sucede cuando se manifiestan alteraciones
en la piel, que al ser suprimidas, desplazan la "morbosidad"
a otra parte del organismo, en general más grave.
Anti-radicales libres para los cuidados de la piel
Hace ya años que se investiga acerca de los "radicales libres",
fragmentos químicos sumamente reactivos que pueden romper las membranas
de nuestras células y destruir sus núcleos al oxidarlas
en exceso. A partir de aquí se han puesto
de moda los antioxidantes; vitaminas, minerales, oligoelementos presentes
en los alimentos de nuestra dieta que ejercen una acción protectora
de la vejez celular y por tanto de los radicales libres.
De hecho, sin necesidad de ayuda externa, nuestro
organismo ya posee sustancias que ejercen el papel de defensa, son las
enzimas antioxidantes que sintetiza el organismo a partir de los alimentos
que ingerimos y en la cantidad proporcional al volumen de radicales
libres que genera el propio metabolismo humano.
Los antioxidantes presentes en la dieta aumenta
el nivel de enzimas antioxidantes en las células, así
la vitamina C, la vitamina E, el selenio, los carotenos, los Flavonoides,
aminoácidos azufrados (Metionina y Cisteína) y la Coenzima
Q-10, son los antioxidantes más potentes que se obtienen realizando
una dieta rica en zanahoria, algas marinas, semillas oleaginosas (nueces),
cereales integrales, frutas cítricas, bayas, cebollas, perejil,
té verde, vino negro mosto negro y aceites vegetales.
Nutrición e hidratación para los cuidados de la piel
Los dos pilares básicos para los cuidados
de la piel son una elevada hidratación y una correcta nutrición
de substancias grasas. Cumpliéndose estos dos requisitos
la piel ejerce correctamente su función principal; la protección.
Las frutas maduras, propias de la estación,
las hojas de color verde intenso y las hortalizas de todo tipo deben constituir
el papel más importante dentro de la dieta de la piel, pues
son el grupo de alimentos que más agua contienen y que aportan
también sales minerales, oligoelementos, enzimas, clorofila y vitaminas
esenciales para la salud. Desde la dietética naturista se
recomiendan un mínimo de dos raciones diarias de fruta y cuatro
raciones (una ración es un plato normal lleno) de hortalizas y
verduras al día preferiblemente crudas o cocinadas al vapor
para aprovechar mejor todos sus nutrientes.
Los lípidos o grasas tienen una especial
función para la piel, pues forman parte del manto hidrolipídico
que la cubre para que nos proteja de las agresiones externas. A pesar
de la mala reputación de las grasas, sin estas es imposible mantener
una piel tersa y brillante. Es por ello que aceites de primera
presión en frío de semillas como el sésamo nutren
en profundidad y otorgan a la piel un aspecto más vital. Por supuesto
el aceite de oliva virgen y todas las grasas que
son de forma natural líquidas a temperatura ambiental son las más
saludables siempre que las tomemos en crudo, es decir, sin freír o calentar.
Es importante consumir para la salud de la piel un elevado índice
de lípidos poliinsaturados, que son todos los citados anteriormente,
más las semillas de girasol, de calabaza
y de sésamo, las cuales además contienen una gran cantidad
de ácidos grasos esenciales. Se consumen crudas en ensaladas y bocadillos.
Las semillas germinadas poseen toda la fuerza
vital y la energía de una futura planta y por lo tanto propiedades
regeneradoras de gran potencia y un valor nutritivo excepcional.
La alfalfa es una de las más refrescantes rica en vitamina C, hierro,
pro-vitamina A y clorofila, pigmento que contienen todas las plantas verdes
y que cumple una importante función depurativa y revitalizante.
Todas las semillas germinadas se añaden crudas directamente a las
ensaladas, también quedan fantásticas en un gazpacho o cremas
de verduras frías, así como dentro de los bocadillos o tortillas.
Dicho de forma fácil y resumida la piel
necesita una dieta sencilla, frugal, integral y pobre en sal.