¿Qué se siente llegar a los 33 años y seguir jugando como si tuvieras 20?
Nada especial, sólo que pones la máquina para atrás y te encuentras con un montón de escenas. No me acordaba exactamente las cifras pero sí, ya cumplí once años en la selección. ¡Once años!. Me siento un viejo de 33.

En la selección nacional juegas de marcador derecho y en tu club, Sporting Cristal, de volante ofensivo, ¿en que posición te acomodas mejor?
A mí me gusta atacar. Yo marco porque es mi trabajo, pero si me dan a elegir prefiero ser volante, como en Cristal. En la selección soy lateral, pero ese es un pedido expreso de Paulo (Autuori), no una elección mía.

¿Cómo así llegaste a ser marcapunta?
La "culpa" es de Vladimir Popovic. En 1992 yo era zaguero central en Municipal, pero como no había laterales derechos en la selección el “profe” le sugirió a Gustavo Merino (mi técnico en "Muni") que me pusiera de marcador. A mí no me gustaba, pero jugué igual. Tenía 20 años, no estaba para poses. Después Cristal me contrató como lateral derecho y casi sin querer mi posición en el fútbol estaba determinada.

Después de once años ininterrumpidos en la selección ¿cómo cree que te percibe el hincha promedio?
No soy ídolo, pero me aceptan. Soy algo tímido y poco demostrativo, aunque creo que el hincha me respeta, inclusive los de Alianza y la "U" no son agresivos conmigo. Con la prensa más bien he tenido una relación un poco tensa. No sé si influya que soy de Cristal.

¿Por qué lo dices?
Hay una cierta fama, injusta creo, que dice que el jugador de Cristal es frío, que no trasmite. Eso se alimentó desde cierta prensa, pero si uno mira los resultados se encuentra que, salvo Cienciano el año pasado, Cristal ha sido el mejor equipo peruano de los últimos años. Yo estoy tranquilo porque internacionalmente he conseguido cosas, como eliminar a Vélez en Argentina, golear a Racing en Lima. No sé si un "pecho frío" puede hacer todo eso.

¿Qué significa a esta altura de tu carrera la Copa América de Perú?
-La posibilidad de ganar algo. A mi generación, que es la de "Chorri" Palacios, Solano y Maestri le falta un título en su carrera, un trofeo que diga que además de jugar bien también conseguimos cosas. Ahora tenemos dos chances: la Copa América que se juega en casa y la Eliminatoria para Alemania.

¿Ser local es una ventaja o una presión extra?
-Espero que sea una ventaja. Durante el ciclo de Oblitas (1996-97) defendimos la casa en toda la Eliminatoria, lo que prueba que sí podemos. Ahora perdimos con Colombia, pero yo creo que debemos convencernos de que esta Copa América es un torneo para ganar. Quizá sea la última para mí, por eso tengo muchas esperanzas.

¿O sea que pensar en el título no es una locura?
-Para nada. Fácil no será, pero yo crecí con el recuerdo de Héctor Chumpitaz levantando la Copa América del '75 y me gustaría hacer lo mismo. Quiero que cuando me retire alguien vea mi curriculum y diga... "Ah, este tipo ganó algo".